Día internacional del arquero: Miguel Calero sigue volando
Por Héctor Fabio Grueso.
Todos los 14 de abril, en memoria al fallecido Miguel Calero, se conmemora el Día Internacional del Arquero. El colombiano, recordado con alegría, dejó su legado con la marca de guantes Rinat.
Cuando la alerta rebasaba la calma, las pulsaciones golpeaban a millón y se sentía la máxima tensión, Miguel Ángel Calero Rodríguez lucía más sereno, tan sonriente como desafiante del riego, porque su vida fue un juego de niños, y como niño, hasta en su edad adulta, asumió que lo más serio en su vida era el juego.
Y en ese juego entre el niño y el profesional, convirtió su actividad en un show, que le dio reconocimiento y lo hizo brillar, en el Sporting de Barranquilla, en el Deportivo Cali, en el Atlético Nacional, en el Pachuca, en la Selección nacional. Mientras la taquicardia invadía a los seguidores de los clubes a los que prestó sus servicios, Miguel Ángel demostró que sus nervios eran similares a los de un combatiente en guerra entre dos potencias.
Camino Deportivo Cali al título de 1996, luego de 22 años sin probar la gloria, con las tribunas del Pascual Guerrero ataviadas de rojo y verde y la autoestima de los hinchas expuesta a la burla, Miguel demostró una vez más su intrepidez; con el partido en ebullición, agarró el balón, se puso frente a la portería y lo lanzó contra el travesaño. Cuando el palo se lo devolvió, volteó su mirada hacia la raya técnica y con su habitual sonrisa socarrona, extendió su mano derecha en señal de calma al entonces director técnico del equipo ‘azucarero’.
“Ese hombre casi me hace morir ese día, casi me deja tirado en la raya”, recordó Fernando ‘el Pecoso’ Castro. No fue la primera vez que Calero puso a prueba el sistema cardíaco de los entrenadores que lo dirigían. “Casi mata a Miguel Company en un partido frente a Millonarios. Dejó pasar la pelota por en medio de sus pies, y la paró cerca de la raya de gol. Los técnicos le insistían que tuviera seriedad, pero él me decía, ‘es que yo siento que alguien por dentro me dice, hágalo que le va a ir bien’”, cuenta risueño Milton, uno de sus seis hermanos.

Miguel Calero y Milton Calero
Milton, fue quien abrió el camino que luego amplió estridente Miguel. Atajó en el Deportivo Cali y Cristal Caldas, y se retiró a una edad prematura, con solo 24 años. “Él siempre fue bendecido para los deportes. Jugaba muy bien, basquetbol, béisbol, voleibol y fútbol. Él me veía tapar y se me paraba atrás. Mantenía pendiente de mis partidos en la Selección Valle. Y cuando el Cali lo ponía en los preliminares, él siendo un niño, se ponía a llorar porque le hacían goles. Él nunca dejó de ser un niño, noble y bromista”, contó Milton sobre ‘el Show’.
Fue la chispa que Miguel adoptó de su padre. Don Luis Mario Calero, quien trabajó como jefe de mantenimiento mecánico en el Ingenio Pichichí, “fue un charlatán, cansón e hincha a rabiar del América”, así lo recordaba en vida su esposa, Blanca Adelaida Rodríguez, la madre de Miguel y segunda madre de John Jairo Reyes, el amigo de crianza, hermano adoptivo y bastión del ‘Show’ en los albores de su carrera.
El sacrificio de la infancia no lo podía desperdiciar en la profesional
Con el mismo corazón blando que demostró ya siendo un referente como futbolista, cuando decidió raparse la cabeza para demostrarle a un niño con cáncer de la Fundación Carlos Portela, que estar sin cabello no era motivo para avergonzarse, le dijo a su señora madre que acogieran en su hogar en Ginebra, Valle del Cauca, a John Jairo Reyes.
John Jairo y Miguel fueron más que si hubieran salido del mismo vientre; fueron el uno para el otro, fueron el complemento perfecto. Tenían un poco más de 8 años cuando John Jairo se paró detrás de la portería en la que Miguel se lanzaba de palo a palo y abandonaba su puerta para salir a dominar el balón y anotar goles, cuando el balón voló tras el arco. “Yo salí a recogérselo y él me pidió que se lo entregara con un madrazo”, rememora sonriente John Jairo, quien luego, se responsabilizó de las tareas escolares de Miguel, le limpiaba los guayos y “le tenía todo listo para el otro día, porque él llegaba rendido, pero era muy disciplinado. Muchas veces llegaba al pueblo caminando desde otras partes. No le interesó sacrificar su juventud. Decía que todo el sacrificio que había hecho en su infancia, no lo iba a desperdiciar, que él iba a ser alguien grande en la vida”.
Para ese entonces, ya John Jairo se había convertido en otro integrante del hogar de los Calero Rodríguez. “Vivíamos cerca, pero la situación económica en mi casa era muy complicada, hasta que un fin de semana, él me pide que me quede en su casa y la ‘vieja’ Blanca me organizó mi ropita al lado de la de Miguel. Luego me dice que como éramos tan pobres, me quedara a vivir con ellos. Mi segunda madre es Blanca. Y toda mi vida y lo que soy se lo debo a Miguel”, agradece John Jairo.
‘El Show’
Al parecer, Miguel Ángel vino al mundo provisto de una particular manera de convertir en graciosos los momentos más riesgosos. Así lo demostró desde que tuvo su primera relación con el césped, en el equipo aficionado Real Independiente de Ginebra, y lo continuó en la Escuela de Fútbol Carlos Sarmiento Lora, que le sirvió de trampolín para escalar hasta el profesionalismo.
“A Miguel le gustaba jugar de delantero y me decía, ‘Profe, déjeme que yo soy 9 y hago goles’. Era un niñito y salía a gambetear, se iba hasta la mitad de la cancha. Si íbamos 7-0 no me importaba nada, pero cuando estábamos empatados, lo sufría. Él aceptaba todo lo que yo le decía, era un espectáculo. Yo le enseñé a punta de madrazos y puteadas. Sin embargo, me dio cien satisfacciones y tuvo tres errores”, declaró Mario Desiderio, ex jugador del Deportivo Cali y formador de Miguel en la Escuela Sarmiento Lora.

Miguel Calero y Edison ¨el guigo¨ Mafla. Foto Revista Deporcali edición No. 22 de julio de 1996
Positivo y divertido. Sus compañeros y cercanos aseguran que nunca lo vieron triste o mal humorado. “La vida de Miguel siempre fue un show”, sostiene Víctor Bonilla, y Edison ‘Guigo’ Mafla complementa, “le gustaba que le patearan a los palos, para poder volar”. Con ambos fue campeón de Liga con Deportivo Cali en 1996. Miguel, también fue campeón de Liga con Atlético Nacional, y en cuatro oportunidades con el Pachuca mexicano, equipo con el que además celebró seis títulos internacionales, entre ellos, la Copa Sudamericana en 2006. Y logró el único título que ostenta la Selección absoluta de Colombia, la Copa América en 2001.
Miguel Calero, en medio de bromas, se preparó para la gloria. “Siempre mantenía sonriente en cada entrenamiento. Él era el show. Miguel se divertía hasta en las prácticas con el finado Carlos Portela, quien de punta le tiraba el balón cerca de la cara y le decía, ‘a ver si te retiras y te dedicas a estudiar’. Portela nos acostaba boca abajo, nos agachaba la cabeza y luego, nos pateaba y si la soltábamos, nos decía, ‘usted tiene manos de papel’ y a Miguel eso le generaba gracia”, contó Jorge Rayo, su ex compañero en la portería del Deportivo Cali, y quien le ganó la titular por una jugada que le salió mala al ‘Show’, porque “en un partido con el Cali frente a Nacional, salió a cortar un centro con una sola mano y Aristizábal se la quitó, y con ese gol perdimos 0-1 en el Pascual Guerrero”.
En el salón de la fama
Recientemente, el nombre de Miguel Ángel Calero Rodríguez ingresó al Salón de la Fama en Pachuca, México, tras votación de periodistas de todo el mundo. Allí se inmortalizó al lado de otras figuras como, Carlos ‘Pibe’ Valderrama, Johan Cruyff, Alfredo Di Stéfano, Michel Platini, Zinedine Zidane, Pelé y Diego Maradona.
Calero falleció el 4 de diciembre de 2012 a causa de una trombosis venosa en el brazo izquierdo, que lo había obligado a dejar el fútbol activo un año antes de su partida. No obstante, dejó muchos legados: los golazos que anotó, desde la media cancha y de media vuelta con el Cali frente al Pereira y Medellín, respectivamente, y con el Pachuca, de cabeza, contra Jaguares de Chiapas. También se inmortalizó por estar en la portería la vez que el argentino Martín Palermo falló tres penaltis en la Copa América de 1999, con sede en Paraguay. “Calero decía bromeando que él era tan buen arquero, que Palermo se asustó con solo mirarlo”, apuntó Alex Viveros, quien fue su ex compañero en la Selección Colombia.
Miguel Ángel Calero Rodríguez permanecerá vigente en el mundo del fútbol, porque todos los 14 de abril, en honor a su natalicio, se conmemora el Día Internacional del Arquero, y porque ejerció como embajador ante el mundo de la marca de guantes Rinat, creada por el mexicano Héctor Castro desde hace 33 años. Carlos Calero, su representante para Colombia, mantiene vigente la imagen del ‘Cóndor’.

Miguel Calero. Foto Grupo Pachuca, México.
